El conflicto en la comunidad religiosa de la Nueva Jerusalén no asoma una solución pronta.
El conflicto en la comunidad religiosa de la Nueva Jerusalén no asoma una solución pronta, porque este lunes 27 de agosto, las posiciones de los dos grupos en pugna no se modificaron y la operación de la Secretaría de Gobierno del estado fracasó una vez más.
Los desacuerdos entre religiosos tradicionales y disidentes, mantienen 270 niños laicos sin clase; también están fuera de las aulas 300 pequeños, hijos de quienes se pronuncian por educar en la fe a la Virgen del Rosario.
Seguidores de Martín de Tours, autoproclamado Obispo de la Nueva Jerusalén, mantienen el control de las puertas de acceso al poblado y por ningún motivo aceptan la instalación de escuelas laicas en sus dominios.
“Ellos mismos perdieron las oportunidades que se les dieron, ellos exigieron a fuerza querían estudiar aquí les dieron mucha oportunidades siempre y cuando respetando mínimo la vestimenta”, expresó uno de los religiosos tradicionales.
Los disidentes, cuyo pecado para ser expulsado de la comunidad, es no creer en los videntes afines a Martín de Tours, ven como única solución al problema educativo, la edificación de una nueva escuela fuera de terrenos en poder de sus antagónicos, “ya con el terreno comprado habilitado buscaríamos la forma incluso los padres de familia se comprometen hacer algún tejado o algo para hacer el ciclo escolar”, agregó Emiliano Juárez, líder de la disidencia Nueva Jerusalén.
Los más afectados son menores de entre 4 y 15 años de edad, quienes, como Lucía, quieren regresar a clases para aprender matemáticas, la materia que más les gusta, “que volvieran a construir las escuelas …para enseñar a los niños que no saben”.
Por primera es la historia de la Nueva Jerusalén, comunidad religiosa fundada en 1973, llegaron e ingresaron elementos de la Policía Federal, a la fortaleza custodiada por hombres cuyo principal distintivo es un listón rojo o un rosario colgado al cuello y mujeres ataviadas con faldas largas y velo que les cubre la cabeza…
No hubo resistencia al ingreso de policías federales. Un mando de la SSPF dialogó primero con el encargado del orden Carlos Cruz Cárdenas, representante de los religiosos tradicionales y un grupo de disidentes.
El comandante Miguel Guerrero, de la Policía Federal, dijo que la encomienda de sus jefes, fue sólo platicar con las partes en conflicto, “del problema que están viviendo ellos como comunidad nada más es todo…es lo que se va tratar con la gente”.
Los afectados por la falta de clase para sus hijos esperan una pronta respuesta del gobierno de Michoacán para el inicio del ciclo escolar.