A sus 84 años de edad, la señora Dolores Mondragón, madre del velocista paraolímpico mexicano Salvador Hernández Mondragón
A sus 84 años de edad, la señora Dolores Mondragón, madre del velocista paraolímpico mexicano Salvador Hernández Mondragón, se dice emocionada por los logros de su hijo en cada competencia internacional.
Después de recibir la noticia de que su hijo ganó la medalla de plata en carrera de velocidad en silla de ruedas en los juegos paraolímpicos de Londres 2012, la mujer recuerda cuando “Chava” era un niño y ella pedía limosna para pagar sus cirugías y gastos médicos.
La madre de diez hijos recuerda cuando Salvador tenía 2 años de edad y los doctores le dieron la noticia de que el ahora multimedallista paraolímpico no tendría una vida normal a causa de la poliomielitis.
A pesar de no tener recursos económicos, “Mamá Lola”, como la llaman sus hijos, salió de su vivienda en busca de ayuda para cubrir los gastos de su pequeño.
"Me fui a México con él a que se rehabilitara tantito pues ni modo y yo bien pobre yo pedí caridad para llevarlo porque pues mi esposo era muy pobre y él ya murió y bendito sea Dios que Dios lo ha ayudado bastante “recuerda la señora sobre esos años difíciles al lado de su hijo.
Doña Lola celebra que su vástago se imponga al destino mismo. Jamás se imagino al niño que los médicos veían difícilmente se pudiera valer por sí mismo, se convertiría en un campeón en juegos paraolímpicos.
Sobre ello recuerda "no yo nunca pensé no mas que el empezó entro a deportes y a deportes y empezó si hijo si te conviene pues si ganas un día algo que bueno va a ser un logro para ti una satisfacción grande"
María Teresa Hernández, hermana del atleta michoacano, recuerda cómo en su niñez, “Chava” fue víctima de discriminación por parte de otros niños en su escuela y vecinos de una colonia popular al norte de Morelia, quienes incluso evitaban comprar leche en el negocio familiar de los Hernández, a consecuencia de la enfermedad de Salvador.
"Inclusive aquí en la colonia nosotros en ese tiempo nosotros mi papa tenía unas dos tres vacas que era para solventar los gastos y la misma gente se encargo de decir no le compren leche a esas personas porque tienen polio" comenta con tristeza al recordarlo María Teresa.
Ahora sus 48 años, aquel niño que pidió jamás le tuvieran lastima por su discapacidad, ha ganado su sexta medalla en unos juegos paraolímpicos, sumada a las tres preseas doradas y dos de plata, conseguidas en las anteriores justas de Sydney 2000 y Atenas 2004. Su familia está consciente que la séptima medalla podría llegar pronto en esta misma competencia londinense.
El premio nacional del deporte en 2002, suma sus terceros juegos representando a Michoacán y México. Según su madre y hermana, Brasil podría ser la última tierra donde Salvador Hernández compita por más preseas para nuestro país en los Juegos Paraolímpicos de Río 2016.