Y sí, se cura en salud, porque la acusación contra Fidel está en proceso y todavía no lo declaran culpable...
Fidel Calderón Torreblanca regresó este lunes a los reflectores tras semanas de presencia virtual. El diputado federal con licencia reapareció para curarse en salud por las investigaciones que pesan en su contra por el presunto desvío de varios millones de pesos del erario, delito del cual todavía es inocente, pero que probablemente cometió cuando fue secretario de Gobierno de Michoacán.
Y sí, se cura en salud, porque la acusación contra Fidel está en proceso y todavía no lo declaran culpable, pero él ya hizo una serie de prejuicios contra sus adversarios políticos.
Calderón Torreblanca, quien como “número dos” de la administración perredista encabezada por Leonel Godoy, era sencillamente odioso, hoy se tira al piso y amenaza con denunciar a quienes hacen un “complot” en su contra y buscan llevarlo a la cárcel.
Si el también ex diputado local tiene un poco de congruencia, debería enfrentar las acusaciones en los Tribunales y hacer valer su derecho de “perseguido político” ante un Ministerio Público.
El señor Calderón, quien por cierto hace 10 años era asistente de Leonel Godoy, asegura ser víctima de una “campaña dolosa en su contra”, pero dolosamente acusa sin presentar pruebas más que sus dichos y conclusiones.
El abogado o licenciado en derecho para ser exacto, sabe que, como cualquier ciudadano, está en condiciones de enfrentar las acusaciones en su contra, justamente como cualquier mortal, sin la ventaja que le da ser diputado federal hoy o diputado local en unos meses.
Un acto de congruencia sería que renunciara a su candidatura y enfrente como hombrecito las acusaciones. Él mismo, cuando fue secretario de Gobierno persiguió a sus adversarios y no fue nada cordial con antagónicos al gobierno estatal; entonces que no venga ahora con el cuento de que es un “perseguido político”.