Pan tradicional michoacano
Autor: Amanda Bautista
Autor multimedia: Archivo
Toqueras, pan de canela, rollos de chilacayote, huácatas o semitas de piloncillo, son algunas de las piezas de pan que Michoacán ofrece a los amantes de este tipo de alimento.
La señora María de la Cruz Mendoza Herrera, quien tiene más de 40 años en la elaboración del pan tradicional de Tinguindín, pretende que la tradición de consumir este producto no se pierda, por eso junto a su familia conserva el modo centenario de fabricación, “el de canela lleva leche, mantequilla, azúcar y canela, es lo que lleva la huacatas, lleva una parte canela y otra piloncillo, otra parte tiene piloncillo y granillo la maza, entonces al hacerlo lo acomodan de forma de que al partirlo salga de dos colores y de dos sabores”.
Según dijo, el pan tradicional Purhépecha podría perderse, tal y como ocurrió con el pan de pulque,
“La gente lo acepta muy bien, es un pan muy vendido donde quiera es más, allá en Tinguindín hay como unas más de 40 panaderías, 44 panaderías y a veces en esas panaderías trabajan dos familias o tres”, expresó María de la Cruz Mendoza, panadera.
Quienes lo han probado, aseguran, su sabor es inigualable y año con año no faltan a la Feria del Pan en Morelia, donde tienen la oportunidad de consumir la diversidad de la panificadora michoacana, “porque es un pan tradicional, pienso que debemos de consumir lo que nuestro estado produce, es muy rico y hay que darle también oportunidad a los panaderos de nuestro estado para consumir sus productos”, indicó Ana Rosa Guzmán, compradora.
La elaboración de este pan genera cientos de empleos en Tinguindín y se podrían obtener más, con mejor difusión en todo el país.
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