Por eso cuando le pregunté a mi administradora de la limpieza por quién votaría en Morelia ni dudó cuando dijo que por ninguno...
Por: Rosamaría Sánchez Rincón
Morelia, Michoacán.- A mi Lupe le vale un soberano cacahuate quiénes (o qué) andan en las dichosas campañas electorales por Morelia. Acá en el rancho de la grandiosa república de Tarímbaro los únicos que le preocupan son los Gaona y su hambre interminable por el poder que les heredó el padre, quienes ahora emulan al incandidato innombrable -léale Ruli my baby-, y les dio por golpear la puerta de palacio municipal y casi casi, quemarla con todo y mujeres que se indignaron y no los quieren por ahí.
Por eso cuando le pregunté a mi administradora de la limpieza por quién votaría en Morelia ni dudó cuando dijo que por ninguno. El único que le cae re bien es el Grandote, alias Memo Valencia, por el que anda en friega organizando tandas y boteando porque dice que de cumpleaños le va a regalar otro MemoDron pa que siga vigilando la exciudad de la cantera rosa. Fuera de ahí, nadie, ni el wero de oro le parece merecedor de su aprecio.
La vieja arguendera está inaguantable, casi tanto como Alfonso Martínez, el independiente dependiente que, lleno de soberbia, jura y perjura que gobernará Morelia. Al werito ya se le olvidó lo que le pasó hace casi tres años, cuando una marca -que no un nombre-, lo bateó en el ring y le arrebató a mi maltrecha ciudad de la cantera multicolor por confiado.
La confianza mata, dijo la famulla y el wero no entiende. Ahora está segurísimo que todo mundo se la pérez-prado y que Morelia no lo merece y pos no, así no.
Hoy la población está cansada de las tonteras de los políticos. Es cierto. Por eso es que el partido guinda anda todo crecido y la esperanza social maquilla rebien los discursos de esos que se dicen hidalgos del Pejexito, cuando no llegan ni a carteros de triciclo, pero el wero no lo entiende. Se olvida e ignora a la gente que ha andado este camino con él y solo cree en los nuevos mesías que le hablan al oído. Malo.
Esas fallas son estratégicas y si no me cree usted, estimado lector, mire al rojito del tricolor que anda en friega de un lado a otro cual avanzado dron de nueva generación. Si algo tiene el risueño es que es inteligente y ha sabido a quién jalarse para robustecer su equipo.
La Lupe dice que lo mejor de la propuesta de Memo es el lugar que le está dando a la mujer en su estrategia, no solo a las que habitan en Morelia, sino a quienes integran su equipo de trabajo, así como las solidarias y adheridas como la Dany de los Santos que honra al tricolor consolidando la propuesta política del originario de Tepalcatepec, llevándole harto respaldo. La Dany se la sabe.
Guillermo Valencia sabe la prioridad de Morelia, porque la ha vivido en los últimos años con su movimiento social, buscando la miercolancia más horrible de cualquier lugar: rateros, violadores, golpeadores, abusivos y culix en toda la extensión de la palabra y promoviendo la justicia para las víctimas de estas personas.
Valencia Reyes tiene la oportunidad de su vida y no la quiere desaprovechar, por eso ni los desmadres internos de su partido o el desprecio evidente del dirigente estatal provisional del tricolor, que no me acuerdo cómo se llama pero sí sé que es uno de esos políticos flojitos que solo les gusta estirar la mano y así se ha mantendio chorro de años.
El Grandote no se achicopala. En cuatro días de campaña su presencia en redes y medios subió espumosamente. Trae ejes definidos de acción, trae propuesta y trae ganas de conquistar a la gente. No le apuesta a la campaña negra ni se confía. Le exige a todos como si todos fueran los candidatos, porque al final, de ganar, tendrá que gobernar así, con todos y eso lo saben.
Del Iván Pérez Negrón mi Lupe no quiso ni hablar. El hombre es misógino, egocéntrico y tiene de solidario lo que tiene de inteligente, es decir, nada. Todo mundo lo ningunea, hasta don Barbaján y su gente lo desprecia; en los eventos del primero, allá en el Distrito 16, nadie pela al candidato a la alcaldía de Morena y mejor corre a esconderse al carro.
Memo Valencia y Alfonso Martínez no tienen competencia en Iván, pero sí en la marca del partido del Pérez Negrón, es decir, Morena, aunque esta vez llega a una elección donde ya no lleva el cobijo presidencial y el nombre guinda no va acompañando al de Andrés Manuel.
Y de los otros candidatos, como es doña Marx Aguirre del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que en las fotos parece que se la pasa llorando; o Sergio Sixtos de Fuerza por México, que seguro trae muchas ganas pero nadie lo conoce, ni los suyos pues; y ahí tiene usted a Tzitziqui Peña, la del Partido Encuentro Social, cuestionada, señalada por burócrata floja y aviadora, una lindura y, al final, Vanina Hernández Villegas de Movimiento Ciudadano, niñas que no representan ni el uno por ciento. Una pena el dispendio de recursos.
Lo cierto es que Morelia merece más que lo que una bola de partidos le aventó pa salir en la boleta del 6 de junio. La gente lo sabe, aunque ellos piensen que no.
La confianza mata, la revolución enciende y el guinda languidece como el incendio aquél en la histórica puerta principal de Palacio de Gobierno. Agoniza la amenaza de tiempos de dictadura.